Luz Mabel Londoño: Recuperar la confianza y las ganas de vivir con KabiCare

Hace quince años, Luz Mabel Londoño, de 66 años, comenzó a notar pequeñas escamas en su cuero cabelludo y codos. Al principio creyó que se trataba de una alergia común. Sin embargo, con el paso del tiempo, las lesiones se extendieron y su piel empezó a cambiar visiblemente. Durante años buscó alivio con tratamientos generales que no lograban mejorar su condición, hasta que finalmente recibió un diagnóstico certero: psoriasis vulgar, una enfermedad crónica que afecta la piel y puede impactar profundamente la autoestima y la vida cotidiana.

 

 

“Cuando me dijeron que no tenía cura, sentí que el mundo se me venía encima”, recuerda.

El dolor físico se sumaba al impacto emocional de no poder vestirse como antes, salir con confianza o disfrutar de actividades simples.

“Evité durante mucho tiempo estar en público, porque me daba pena que la gente me mirara”.


Su camino hacia la mejoría comenzó cuando fue remitida a Medicáncer, donde inició un tratamiento especializado y conoció el programa KabiCare de Fresenius Kabi.

Allí recibió acompañamiento constante. “La doctora me explicó que me iban a iniciar con un tratamiento biológico y que con paciencia iba a ver los resultados. Me animó mucho saber que alguien estaba pendiente de mí”, cuenta.

Al poco tiempo de comenzar el tratamiento biológico, Luz Mabel empezó a notar los cambios: la inflamación cedió, las lesiones comenzaron a desaparecer y su piel volvió a verse saludable. “A los seis meses ya podía saludar a la gente con tranquilidad. Volví a sentirme bien, más segura, con ganas de seguir adelante.”

El acompañamiento del programa KabiCare ha sido fundamental en su proceso. “Me llaman, están pendientes de mis aplicaciones, me preguntan cómo me siento… eso me ha ayudado muchísimo. Me tratan con cariño y eso me da confianza para seguir cuidándome.”

 

Su historia es un reflejo de cómo la perseverancia, el acompañamiento cercano y la atención integral pueden transformar la vida de quienes enfrentan enfermedades crónicas.

 

Con una sonrisa, Luz Mabel comparte un mensaje esperanzador para otros pacientes:

“Al principio todo parece difícil, pero con el tratamiento adecuado y el apoyo correcto, uno puede volver a sentirse bien. Hay que tener paciencia y seguir adelante.”